Por Horacio Nolasco.- El béisbol de las Grandes Ligas, como todos los deportes profesionales, está compuesto de un puñado de jugadores con talento fuera de lo común, de peloteros que se mantienen por un tiempo largo en el profesionalismo y en particular es llamativo el caso de Bartolo Colón.
En las Mayores hay jugadores que ocupan la élite de los mejores pagados, las figuras del negocio, los que hacen que el mundo se rinda a sus pies. Otros duran años en las Grandes Ligas, incluso como utilitis y jugadores que se mimetizan para durar años activos y ganando buenos salarios, pasando buen tiempo en la banca y que se hacen indispensables para dirigentes y gerentes generales.
Hay peloteros que siempre son el jugador 25 del roster el día inaugural y uno se pregunta que magia tienen para estar por años en las Mayores. Son los favoritos de los dirigentes, amigos de las súper estrellas, saben que no tendrán más de 200 turnos en una temporada, que son los jugadores creados para descansar los estelares, deseosos que se produzcan dobles juegos para estar en el line up en el juego diurno de la doble cartelera, que no molestan, y aveces se pasan meses en las Menores.
Estos peloteros habilidosos son llamados en cualquier momento desde las Menores e igualmente son los jugadores números 25 del roster de postemporada. Se da el caso que están en varios equipos en una misma temporada y aveces cobran remanentes por concepto de postemporada en más de un equipo en un año. Ejemplos, Michael Martínez (siete temporadas, 209 turnos como tope, cinco equipos, incluyendo tres etapas con Cleveland en los últimos tres años), Chase d´ Arnaud o el veterano receptor Chris Iannetta.
La salida de Derek Jeter, David Ortiz, Alex Rodríguez y otros peloteros talentosos que se han marchado en un pasado reciente, ha provocado la creación rápida de jugadores que sin tener muchos años activos se han convertido en las figuras del juego: Mike Trout, Bryce Harper, Kris Bryant o un Aaron Judge que en solo un año ya lo comienzan a mercadear como la próxima gran estrella del juego. Si uno de estos muchachos tiene un año malo o un par de semanas en lista de lesionados dejan de sonar inmediatamente.
Soy de los que cree que para compara una figura naciente con los grandes de todos los tiempos es necesario que esos jóvenes tengan cinco-siete años de consistencia. Ese pequeño grupo, sacando a Mike Trout (fichado hasta el 2020 por 145 millones), estará recibiendo mucho dinero por su talento y sus figuras mercadeables.
En las Mayores los equipos están compuestos por una rotación abridora normalmente de cinco lanzadores. Los que tienen la dicha de poseer dos estelares en una rotación son privilegiados. Mantener un dueto de primera categoría en una rotación es muy difícil, más aun juntar tres abridores de primera linea en un staff de abridores.
Las lesiones o años malos para algunos lanzadores hacen complicado juntar una buena rotación por varias temporadas. Así, muchos pensamos que los Mets, con tanto talento y juventud en su picheo, estarían reinando por años. En las Mayores los equipos tienen un par de buenos abridores y después de ahí se conforman con lanzadores promedios o coge palos, pero que te tiran 180 entradas y en una que otra presentación te dan una salida de calidad (excelente si llegan a siete entradas), suficiente para darle respiro al bulpen. Gente como Jeff Samardzija, un lanzador que registra en su carrera 63-83, incluyendo 4-11 este año, fue premiado con 90 millones en diciembre del 2015.
Las limitaciones, la veteranía de algunos o la falta de talento lleva a un equipo competitivo como los Mellizos a contratar un lanzador bien entrado en años como Bartolo Colón. El último sobreviviente de la franquicia de los Expos de Motreal está en el profesionalismo desde 1994. Para esa fecha los Judge, Trout, Harper o Bryan estaban aprendiendo a gatear o a caminar, sin embargo un brazo como el de Bartolo podría darle algún aporte a ese equipo poblado de brazos jóvenes y ansiosos de alcanzar la postemporada.
En las Mayores nos encontramos con jugadores talentosos, los habilidosos para estar por años arriba, sin ser estrellas ni nada parecido, más la presencia nueva vez en las Mayores de Bartolo Colón.