Por Horacio Nolasco.- Cuando se habla de sorpresas en las Grandes Ligas, de milagros diríamos, necesariamente hay que hablar de los Indios de Cleveland.
Con sus catorce (14) triunfos en fila india, Cleveland ha logrado la tercera racha más larga de victorias seguidas en la era Wild Card (desde 1994), encabezando una División Central de la Liga Americana que estuvo desde el 2011 dominada por los Tigres de Detroit, el año pasado fue posesión de los Reales de Kansas City y hoy día tiene a los Indios como líderes y el conjunto con mejor registro en la Americana (49-30).
Antes del inicio de la temporada se entendía que Cleveland debía ser uno de los equipos sorpresa del 2016, pero más que sorpresa han sido la sensación del momento en las Mayores, considerando el desplome del relevo de los Cachorros, las lesiones de varios jugadores importantes de los Dodgers o la inestabilidad de los Yankees de New York, por solo mencionar algunos conjuntos.
Casi siempre se le da el merito a los jugadores cuando un equipo logra registros extraordinarios, sin embargo dos elementos han sido claves en la estructuración de ese conjunto: el dirigente Terry Francona y el Gerente General Mike Chernoff. A Francona lo conocemos desde que estuvo dirigiendo en nuestro béisbol invernal a mediados de los 90, sus éxitos con los Medias Rojas y su impronta como un dirigente ganador.
Francona es un hombre que se ha arriesgado colocando como bateador abridor a Carlos Santana, un jugador con 17 cuadrangulares, y a José Ramírez, un jugador rápido, pequeño y de poco poder ubicado como cuarto y quinto bate. Critiqué ese movimiento, sin embargo a él le ha dado un resultado muy favorable. Francona es talentoso, paciente y es incuestionable que es uno de los buenos dirigentes del negocio.
Chernoff jugó béisbol a nivel universitario y se tituló en la Unviersidad de Princeton. Fue nombrado gerente de Cleveland al finalizar la temporada pasada y se arriesgó buscando jugadores de posición, no tan costosos, que apoyaran una ofensiva joven y no tan productiva, obteniendo en el mercado de agentes libres a Juan Uribe, Mike Napoli y al hoy suspendido Marlon Byrd.
Cleveland formó un equipo alrededor de su trío de lanzadores abridores: el Cy Young del 2014 Cory Kluber, Carlos Carrasco y el dominicano Danny Salazar. A este trío se ha sumado Josh Tomlim y Trevor Bauer. Ese quinteto de lanzadores domina a su antojo la Liga Americana.
Los abridores de los Indios ocupan el primer puesto en la Americana en efectividad (3.48), victorias (37), WHIP (1.14) y en cualquier departamento de importancia lo más lejos que están es en un tercer puesto en la liga (131 bases otorgadas, la tercera menor cantidad de la Americana). Salazar (10-2 2.22), Tomlin (9-1 3.21) y Kluber (8-7 3.50) no tienen mucho que envidiar a los tríos de abridores de los Cachorros o Gigantes.
El picheo de Cleveland ha sido la clave de una temporada impresionante, aunque la ofensiva también ha hecho lo suyo, mejorando del decimoprimer puesto en el 2015 (totalizaron apenas 669 anotadas) al octavo este año (383). Santana, Ramírez, Napoli, Tyler Naquin, Jason Kipnis, el chico maravilla Francisco Lindor o un Michael Martínez, quien ha sido un amuleto para Francona y un jugador disponible para accionar en cualquier momento y posición que sea necesaria, han suplido la ofensiva este 2016.
Las rachas tienen su tiempo y la de los Indios puede terminar en cualquier momento, sin embargo el 2016 ha sido milagroso para Cleveland.