Encarnación, quien cumplió 37 años el 7 de enero, conoce Jiménez (de 23) desde que el segundo tenía 14, casi 15 años, cuando se encontraron en la Academia Amaurys Nina en la República Dominicana. Ahora son buenos amigos y sus familias se reúnen frecuentemente, pese a vivir a hora y media de distancia unos de los otros.
“Quedé impresionado la primera vez que lo vi”, dijo Encarnación. “Estaba conectando bombas a la banda contraria y al jardín central. Tenía mucho talento para su edad”.
“Fue a ver a su sobrino”, dijo Jiménez. “Practicamos y jugamos juntos. Luego de ese día, comenzamos a hablar y seguimos en contacto”.
Estaban en Glendale, Arizona al momento de realizarse estas entrevistas a finales de la semana pasada, pero el lugar en el que quieren estar es el tope de la División Central de la Liga Americana. Jiménez viene de una estelar temporada de novato, en la que dio 31 jonrones.
Mejorar su defensa en el jardín izquierdo es una meta importante para Jiménez, además de incrementar su producción desde el comienzo. Encarnación verá tiempo de juego en la inicial, pero su puesto principal será el de bateador designado, donde podrá enfocarse en sus batazos de poder.
El informe de los escuchas representa parte de lo que pueden aportar cada uno. Jiménez y Encarnación se encargan de proveer el resto de la información.
“Como jugador, puede poner los números que quiera”, dijo Encarnación sobre Jiménez. “Tiene el poder y la madurez. Tiene una idea cuando va al plato. Es un buen muchacho, bien humilde y viene de una gran familia”.